La familia toda o casi toda celebrando a Franco que acababa de graduarse Médico Cirujano en la Escuela de Medicina de la Universidad de Oriente, Núcleo Bolívar.
martes, 28 de octubre de 2014
Un médico cirujano en la familia
La familia toda o casi toda celebrando a Franco que acababa de graduarse Médico Cirujano en la Escuela de Medicina de la Universidad de Oriente, Núcleo Bolívar.
domingo, 12 de octubre de 2014
LA PASIÓN DE INVESTIGAR / Carlia Barreto Nriega
La pasión de investigar
-Carlia Barreto Noriega-
-Fotografía de Clement Díaz-
(Primer número de la revista Esencia 2007)
(Primer número de la revista Esencia 2007)
Esencia: ¿Qué lo motivó a ser cronista?
Américo Fernández: Yo
soy cronista porque soy periodista. Llegué a
ser cronista por la vía del periodismo,
puesto que como bien lo acierta el
académico de la lengua, Alexis Márquez
Rodríguez "la narración histórica tiene bastante analogía y se relaciona mucho con la periodística. Ambas se
nutren, al efecto, de la misma materia prima,
cual es el suceso real, el hecho acontecido. Y en cuanto a la técnica
también presenta ciertas semejanzas".
E.: ¿De no ser cronista a qué se hubiese dedicado?
A.F.: Querrá decir de no ser periodista y cronista ¿a que se
hubiera dedicado? A cualquier ramo de las ciencias humanísticas, siguiendo posiblemente la línea de mi padre que fue maestro de escuela y mi abuelo que fue abogado y Gobernador de Nueva Esparta.
En su haber, cuentan 25
años de experiencia como corresponsal en Bolívar para el diario El Nacional,10 años escribiendo
reportajes para la edición dominical del Correo del Caroní, 10 años en el cargo
de diputado a la Asamblea Legislativa
y 20 libros publicados entre los que destacan: Ciudad Bolívar a grandes rasgos, Cronología de Venezuela,
Cronología del estado Bolívar y El Dorado un mito hecho realidad. Actualmente, lleva tres años escribiendo
crónicas de los sucesos más importantes del
siglo XIX, XX y lo que va del siglo XXI para el diario El Luchador.
E.: ¿Qué significa
para usted este oficio?
A.F.: Significa lo que ya dijo en cierta ocasión el
periodista de El Nacional y Cronista de Coro Misael Salazar Leydenz que el
cronista es un "explorador que afianza la identidad, investiga el presente
y el pasado y su legado es tesoro valioso para el futuro".
Siempre periodista
A sus 67
años, Américo continúa con la
misma pasión que caracterizó sus primeros años de trabajo. Su dedicación y
amor por la tradición histórica, política y cultural del
estado que lo adoptó continúan creciendo.
Aunque ya no ejerce el diarismo como al principio,
Américo sigue siendo un periodista minucioso, que va más allá de lo obvio. Le apasiona la lectura, la escritura, los
viajes y la investigación de personajes y hechos de interés social y
cultural; muestra de ello es su rincón de
trabajo, un lugar mágico lleno de libros por doquier, reconocimientos y
fotos que relatan de forma silenciosa su trayectoria, que son testigos de su
diario trabajo, de su pasión por investigar.
E.: ¿Cuáles personajes y/o momentos de la historia no podrá olvidar? Y ¿Por qué?
A.F.: Los momentos de la
historia imposible de olvidar son aquellos por mí vividos o de los cuales fui
testigo a través del ejercicio profesional. Me refiero a la historia
contemporánea regional y nacional a partir del movimiento cívico militar que derrotó a la Dictadura de Marcos Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958.
Ejercí
la política en el estado Bolívar y durante diez años fui diputado a la Asamblea Legislativa y su
Presidente en 1963. Como presidente de la
Legislatura aparezco al lado de Rómulo Betancourt colocando la primera piedra
del Puente Angostura sobre el Orinoco.
Como
periodista llegué a entrevistar, individualmente, a los Presidentes Raúl Leoni, Rafael
Caldera, Carlos Andrés Pérez, Jaime Lusinchi, Luis Herrera Campins,
personajes de la historia reciente imposible de olvidar bien por sus
ejecutorias o por haber tenido trato directo con ellos, especialmente con el
gran tribuno y líder político Jóvito Villalba del que poseo cartas.
De la Primera República, admiro a Miranda, de la Segunda República que culmina con la Gran Colombia, admiro a Bolívar, a Sucre y a Piar y a la Venezuela que viene desde 1830 a 1900, José Antonio Páez y José María Vargas.
Américo
Fernández es uno de
los hijos adoptivos más sobresalientes de Ciudad Bolívar, destacándose en el campo político, social, intelectual y cultural. "Este servicio", como él mismo lo define, es producto de la
atracción que siempre ha sentido por "su historia, sus cuentos interminables,
los mitos cosmogónicos de sus indígenas, sus leyendas ancestrales, su encantadora
morfología, configurando una suerte de 'pequeño
burgo medieval', su tipología arquitectónica, su gran frente de agua y
otros valores no suficientemente conocidos o divulgados". Elementos que han impulsado esa peculiar
pasión por investigar.
Este margariteño, proviene de una familia numerosa
de catorce hermanos, la cual se ha caracterizado por estar conformada por intelectuales y
profesionales, quienes fueron enseñados a ser independientes e intuitivos de
su vocación natural. Aún así, para Américo su familia es "una fuente de afecto y apoyo emocional".
Además del amor familiar, Américo siempre estuvo rodeado
por personas dedicadas a la ciencias
humanísticas e intelectuales lo que
le sirvió de ejemplo para su vida profesional.
Décadas inolvidables
En
1991 egresó de la Universidad Central de Venezuela, como Periodista en el grado de magna cum laude. Sin embargo, ya
llevaba varias décadas ejerciendo este oficio que le permitió ser testigo de hechos transcendentales de la
historia venezolana y bolivarense.
Este periodista, cronista y escritor compartió aquellos primeros años de oficio, en la década de
los 6o, con periodistas de la talla de
Miguel Otero Silva, José Ramón Medina,
Eleazar Díaz Rangel y Oscar Yánez, que luego se destacaron en el ramo de
la literatura y la investigación.
martes, 4 de marzo de 2014
Antes y Ahora
El tiempo pasa igual para todos,
pero no así sus efectos. En este caso,
los efectos están emocionalmente a la vista.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)